Una de mis pasiones es observar el firmamento imaginándome toda la vida que hay más allá de nuestra atmósfera.
Observar y admirar el firmamento es una de las cosas que más me gusta hacer en las noches de verano. Para mi, hay algo mágico, místico y grandioso en tumbarme a observar el firmamento de noche.
Me ayuda, por un lado, a conectarme con la idea de una inteligencia única que subyace bajo toda la creación, me hace reflexionar, hacerme preguntas. Pero sobre todo me hace sentir: grandiosa, divina, importante… Y a la vez, parte de algo más grande que yo misma, participante de un plan mayor, pieza de un puzzle cósmico…
Si tuviese que resumirlo diría que me hace sentir viva.
Desde que soy Astróloga mirar el cielo es todavía más fascinante. Conecto con los antiguos que observaron e interpretaron el cielo. Busco planetas, constelaciones, estrellas fijas, imagino la eclíptica… puedo pasarme horas admirando el firmamento nocturno.
Una de las experiencias más maravillosas que he tenido, en este sentido, es ver claramente la vía láctea hace 3 veranos en Girona… fue mágico y místico.
Este año 2020 nos presenta un momento astrológico repleto de retos, de oportunidades, de tensiones. Los ciclos que inician este año, los eclipses, los aspectos, los planetas retrógrados, todo ello nos explica lo que está pasando en este pequeño planeta en el que habitamos. Como es arriba es abajo: el firmamento solo explica lo que ocurre por analogía. Ningún plante nos «hace» nada. Pero sí podemos traducir el simbolismo de ese planeta para usarlo en nuestro beneficio. Esa es la verdadera magia de la astrología. Leer el cielo para saber qué puedo hacer. Porque en cualquier situación que vivas, al menos, siempre puedes cambiar de actitud. Y la astrología te muestra cual es la mejor actitud.
Pon una astróloga en tu vida que te ayude a interpretar el simbolismo que hay para ti, y crea tu vida surfeando las energías… nunca volverás a mirar al cielo de la misma forma… ¿quieres probarlo?. Pídeme una cita y experiméntalo por ti misma.
